El contador
de silencios

Capítulo 01

Aquella mañana la ciudad se desperezó con su habitual parsimonia. Como en todas, solo se oía el sonido de algunos pájaros. Por la ventana, el baile de las hojas de los árboles de la acera, al compás que les marcaba el viento, competía con el susurro del eco siseante de los vehículos eléctricos. Se levantó con calma y se dio una ducha breve que, como siempre, terminó con agua helada. Se vistió con uno de los tres trajes prácticamente idénticos que tenía y, como era martes, el pañuelo verde. Bebió el café y se concedió un capricho en forma de minimagdalena. Se hizo la promesa de que lo compensaría más tarde en el gimnasio. Aunque, no tan en el fondo, sabía que no se esforzaría lo más mínimo en cumplirla.

Llegó al trabajo con su puntualidad habitual. Mientras cruzaba los pasillos hasta su diminuto cubículo, saludó con un gesto a un par de compañeros sin detenerse y, al llegar, dejó caer sobre su mesa el maletín oficial reglamentario con el logotipo del Departamento de Palabra y Comunicación grabado en la piel. A las nueve en punto tenía su primera reunión. Sintió un pequeño alivio al recordar que al menos aquel suplicio sería en línea. La repasó un poco mentalmente y consultó su contador: 317. No le quedaba más remedio que abrazar la parquedad. Con un poco de suerte, podría salir del paso con unas líneas escritas. Aún tenía la lengua suelta por el lubricante social en forma de alcohol que tomó el fin de semana con la asignación de La Dirección como Posible Contacto Afectivo.

Habló de más en un vano intento de agradar. Pero aquel exceso de verborrea le iba a costar caro y tendría que rascarse el bolsillo para obtener unos créditos extra si no era capaz de controlarse en el desempeño del trabajo. Normalmente podía pasar con su cuota semanal sin problema, pero aquellas malditas copas y el espejismo de un encuentro sexual habían arruinado su semana. Pagar por hablar era de las cosas que encontraba más irritantes.

¿Ganas de más? ↗

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Archivos desclasificados y otras frikadas

Material que no sale en el libro: cómo nació la historia, por qué la música es tan importante y qué se cuece detrás del mundo distópico. Tranquilo, solo desclasifico lo que no pone en riesgo la estabilidad del sistema.